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¿Por qué la Shakira de ahora es más interesante que la de ‘Dónde están los ladrones’?

Nuevo disco de Shakira

Shakira está de actualidad porque recientemente ha publicado su último trabajo discográfico, “El Dorado”. Se trata de un compacto ecléctico y variado que contiene diferentes géneros como el reguetón, baladas, electrónica, pop y mucho más. Pero a estas alturas no es nada sorprendente que en los discos de Shakira encontremos tal variedad estilística. Desde “Servicio de lavandería”, y más aún a partir de “Fijación Oral”, sus discos se han convertido en un batiburrillo de estilos que, lejos de jugar en su contra, la han convertido en una figura cada vez más relevante dentro del panorama musical.

Pero, incomprensiblemente, desde hace muchos años ya, gran parte de su público alega que Shakira es cada vez más mamarracha, una vendida y menos una cantante seria. Se la ha acusado de abandonar sus raíces al haber dejado de hacer discos como “Pies descalzos” y, especialmente, “¿Dónde están los ladrones?”. Efectivamente, nadie puede quitarle el mérito a ambos trabajos, ya que nos ha dejado joyas como “Estoy aquí”, “Ciega sordomuda”, “Si te vas” o “Inevitable”. No obstante, ¿qué sentido tiene seguir reclamando a esa Shakira de hace 20 años a día de hoy? Supongo que, como cualquier otra persona, tendrá sus inquietudes y querrá ir cambiando y haciendo cosas nuevas.

 

 

Con “Servicio de lavandería”, Shakira empezó a marcar la pauta que a día de hoy sigue. En primer lugar, dejó de cantar exclusivamente en español para hacerlo a partir de entonces tanto en dicha lengua como en inglés. Evidentemente, era un ejercicio para llegar a un público más amplio, pero eso no quita que canciones como “Suerte” (gracias a ella y su videoclip me hice verdaderamente fan de Shakira), “Te aviso, te anuncio”, “Que me quedes tú” o “Te dejo Madrid” fuesen singles épicos. Estos singles nos demuestran que los discos batiburrillo que hace Shakira no son cosa del presente y sus ansias de usar el reguetón para seguir molando mezclándolo con canciones más pop-rock que le permitan mantener a sus fans de los comienzos, sino más bien son obra de una visión musical algo loca y llena de mil influencias. Los cuatro singles enumerados eran completamente diferentes los unos de los otros: “Suerte” era un número bailable que fusionaba el pop comercial con sus influencias hispanoamericanas (todos tenemos en mente a esa flauta de pan sonando en la canción), “Te aviso, te anuncio” era un curioso tango, “Que me quedes tú” era una especie de balada bastante resultona que recordaba mucho a sus inicios y “Te dejo Madrid”, un tema pop-rock bastante desenfadado.

Pero para demostrar que Shakira no se agarra a las modas solo para triunfar, encontramos “Fijación Oral” (se editaron dos discos con este título, uno en inglés y otro en español con canciones diferentes y muy diversas) y singles como “La tortura” que no solo la acercaba a ella al reguetón por primera vez, sino también a Alejandro Sanz (y nadie ha pensado en ningún momento que él fuera un oportunista ni abandonara su esencia por participar en esta canción). En “Fijación Oral Vol. 1”, además había baladas preciosas completamente diferentes a las de sus comienzos como “No”, uno de sus temas más míticos y también estaba “Las de la intuición”, una canción de pop electrónico que alargó la estela de este disco cuando parecía que ya no se le podía sacar más jugo ni a él ni a la gira. En “Oral Fixation Vol. 2”, temas como “Hips don’t lie” nos acercaban a otro tipo sonidos, como la danza del vientre, que formó parte de sus espectáculos durante muchos años. En definitiva, un compendio variado de influencias que se fusionaban entre sí.

 

 

De este modo, ¿no es mucho más interesante ver que Shakira no es una cantante que simplemente ha abandonado sus raíces, sino que ha explorado otros territorios? Es más, la música contenida en sus primeros discos ha seguido apareciendo en muchos de sus álbumes posteriores. De hecho, en “Sale el sol” encontramos baladas como la que da nombre al disco que nos recuerdan mucho a aquellos primeros tiempos. Igualmente, su último disco nos ofrece temas que van en esta línea (“Nada”, “Amarillo” y “Toneladas”). Y no solo eso, sino que algunas canciones las escribe con Luis Fernández Ochoa, quien ha colaborado con ella en la composición desde hace muchos años, lo que demuestra que sus inquietudes y el sentirse bien a la hora de crear música siempre han sido su prioridad.

Sí es cierto que Shakira se dejó llevar por completo y abandonó todo su mundo con “Loba”, pero todos tenemos derecho a experimentar de vez en cuando. Aunque personalmente este disco siempre me pareció un despropósito de principio a fin, también nos ha dejado grandes frases como “tengo tacones de aguja magnética para dejar la manada frenética”. Es decir, que si bien se alejó en estilo musical, no lo hizo tanto en la lírica, ya que todos sabemos que Shakira siempre se ha encargado de incluir frases un tanto hilarantes entre sus rimas.

 

 

Pero si volvemos a la Shakira más reciente, aparte del anterior disco homónimo, más pop-rock (aunque también contenía ritmos reggae, country y EDM), la cantante nos ofreció “Sale el Sol”, el que considero el verdadero antecesor de “El Dorado” ya que hay temas latinos y de reguetón, pop-rock, baladas y alguna sorpresa electrónica. Es cierto que “El Dorado” coquetea mucho más que nunca con el reggaeton y estilos similares como la bachata, pero esto solo la hace más interesante, ya que a cada canción que realiza le imprime siempre su sello personal. “La Bicicleta” no es la típica canción de reguetón facilona, sino que es un vallenato bastante más original, fresco y que no habla de lo de siempre. “Chantaje” nos devuelve a la mejor Shakira de “La Tortura”, pero actualizada. “Me enamoré” mezcla todas las modas de la actualidad y le suma una de esas letras hilarantes de las que hablaba antes (“un mojito, dos mojitos, mira que ojitos bonitos”).

Pero, como ya he indicado más arriba, la Shakira de los comienzos se deja mostrar en “Nada”, “Toneladas” (también recuerda bastante a “La Pared”, contenida en “Fijación Oral Vol. 1”) y “Amarillo”. Esta última es una de las mejores canciones del disco, con un estribillo pop enormemente pegadizo que ojalá se convierta en single en un futuro. Pero “El Dorado” no solo trae de vuelta estas influencias de los comienzos (que, en verdad, nunca han dejado de estar presentes en todos y cada uno de sus dicos, a excepción de “Loba”), sino que también temas como por ejemplo “Comme moi” / “What we said” nos traen de vuelta esa “Hips don’t lie” de “Oral Fixation Vol. 2”.

Por todo ello, la Shakira de ahora mola mucho más. Porque no ha dejado de ser la que un día fue cuando emprendió este camino, pero ha sumado mucho bueno a lo largo de dicho recorrido. De este modo, esta artista fascinada por el reguetón, el perreo y las tendencias de la actualidad no viene de ahora, sino desde hace muchos años. Esto demuestra que ella es una cantante con inquietudes e influencias muy variadas a la que se debe escuchar sin prejuicios y que, aunque no lo parezca, siempre nos trae ese pop-rock de sus comienzos en cada uno de sus trabajos. No obstante, para finalizar, solo me queda decir que, si no estáis convencidos de esto, “¿Dónde están los ladrones?” también mostraba influencias más allá de este género con “Ojos así”, que cerraba el disco con evidentes influencias árabes (las cuales rescató sobre todo en “Fijación Oral Vol. 1 & 2”) y se convertía en uno de sus mayores hits de la Shakira de la primera época.

 

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