Desde el pasado mes de abril, está disponible el primer álbum de estudio del artista independiente Felics, titulado ‘Bosque sagrado’.
El disco, producido y grabado por el artista, cuenta con diez canciones que navegan constantemente entre el indie pop, el synth pop y el lo-fi. El propio Felics describe sus canciones como «suaves y cercanas a la psicodelia, marcadas por la presencia de coloridos sintetizadores y arreglos vocales».
“Es un disco que tiene muchas historias, pasé por bloqueos creativos extensos, algunas canciones las hice en un día, otras tomaron meses de trabajo lento. Fue un proceso muy lindo en general, con mucho aprendizaje y experimentación, y creo que eso se siente en el disco, que tiene una narrativa de principio a fin como obra, aunque el formato esté pasando de moda”, dice Félix Encina sobre el proceso que significó realizar el álbum.
El sonido de la producción está caracterizado por una estética más cercana a los años 70’ que a la época actual, con las distintas texturas de los instrumentos jugando un rol fundamental en la experiencia. Al respecto, Felics cuenta que “más del 90% de las pistas del disco fueron grabadas en una máquina de cinta de los años 80’, de ocho pistas. Si bien es un proceso trabajoso, creo que se logra un sonido más cálido y orgánico, sobre todo en las baterías”.
Grabado entre Santiago de Chile, en el estudio del artista, y Linares en Asceta Estudios, el disco contó con la colaboración de Camilo Oyarzún (Planeta Mente, La Belle Epoque) en baterías, bajos y guitarras en algunas canciones, de Tomás Burgos (Zorbas Crisol) en guitarra eléctrica en “La Víctima”, de Michel Poblete con paisajes sonoros para “Miau” y Camilo Campos (Zorbas Crisol) en saxo y flauta traversa en “Yuvia”.
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