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“Mala”, de Mala Rodríguez: ¿despropósito o renovación inteligente?

Mala

Mala Rodríguez ha publicado recientemente su nuevo trabajo discográfico, ‘Mala’.

El lanzamiento no ha llegado exento de polémica, pues los sonidos comerciales y los estribillos melódicos le han cogido ventaja a las duras barras que la artista solía rapear.

Este debate se inició hace ya unos años cuando Mala Rodríguez colaboró con Juan Magán en la canción “Usted”, a priori más alejada de su estilo. A este le sucedieron varios sencillos y colaboraciones de diversa índole, entre los que se encontraban “Gitanas”, “Contigo” o “Dame bien”.

Mala Rodríguez iba sacando sencillos sueltos que parecían cada uno de su padre y de su madre hasta que hace unos meses anunció que su disco estaba finalizado.

La polémica estaba servida.

Pero la artista no soltaba prenda. ¿Los sencillos lanzados durante los últimos años estarían incluidos en el disco? ¿Tendría un sonido comercial o nos sorprendería con una colección de temas de rap más tradicionales?

Al final, el público parecía estar dividido entre aquellos a los que esta nueva etapa les parecía un despropósito y aquellos que pensaban que era una forma muy inteligente de renovarse y sonar actual.

 

Mucho cantar y poco rapear

Finalmente, el pasado 29 de mayo (mismo día en que Lady Gaga publicaba Chromatica), todos los misterios quedaban resueltos. Mala Rodríguez publicaba su disco Mala solo en plataformas digitales (no sabemos si tiene intención de sacar una edición física).

Así descubríamos que todos los sencillos publicados en los últimos años estaban incluidos (excepto “Gitanas” y las colaboraciones para otros artistas).

Entre estos singles y una serie de canciones inéditas que están más que a la altura, Mala Rodríguez ha seguido la senda de la música urbana que la caracteriza, pero esta vez acercándose a las nuevas tendencias y con un sonido mucho más melódico, en detrimento del rap.

¿Esto quiere decir que ya no es una rapera?

Mala Rodríguez sigue rapeando en este nuevo trabajo. Prueba de ello son canciones como “Nuevas drogas” o “Like”. Pero ahora los estribillos y las melodías han cogido más fuerza que nunca e incluso llegan a opacar las barras más potentes del disco.

De hecho, en canciones como “Superbalada”, da la sensación de que las estrofas están más recitadas que rapeadas.

 

Nuevas drogas, nuevos estímulos

El disco empieza con la ya citada “Nuevas drogas” de forma nada casual. Se trata de la canción más oscura y ambiental, con una gran influencia de la música trap. Parece que Mala se quiere quitar de encima su canción más sesuda lo antes posible para dar paso al jolgorio.

“Nuevas drogas” es una canción en la que nos habla de su necesidad de explorar nuevos terrenos y vivir constantemente con nuevos estímulos. En cierta medida, justifica esta decisión de hacer un disco completamente diferente; necesita sentirse viva a través de algo que nunca ha hecho.

La ambiental “Antes de todo aquello” parece que ahonda un poco más en la temática propuesta por el tema introductorio. Personalmente, me suena a una despedida de su antiguo yo, que busca “hacer algo con estas emociones” y que también afirma “no quiero más de lo mismo, quiero más de otra cosa”.

Quien avisa, no es traidora. Si tú quieres más de lo mismo, probablemente no estés escuchando el disco adecuado.

 

Pero por mucha novedad que Mala nos traiga, sigue habiendo temas reivindicativos como “Mami”, probablemente el más llamativo de todos los cortes al estar acompañado por un piano.

El tema refleja el deseo de una niña que quiere pasar más tiempo con su madre, que se pasa todo el día trabajando.

Aguante” es la canción que sigue a “Mami” en la secuencia del disco. Decisión acertadísima, pues sigue la senda del trabajo duro, la supervivencia y el feminismo.

“Like” es otra de las canciones donde el feminismo cobra una gran importancia. Se trata de una divertidísima canción envuelta en ritmos latinos que acaba siendo un retrato de lo que podríamos llamar el amor en tiempos de las redes sociales.

Todas y cada una de las canciones tienen su chicha aunque el envoltorio sea más comercial y una de las más soprendentes es “Superbalada” que, tal y como define Jenesaispop, parece una canción del futuro.

Sin duda es una de las canciones con más personalidad, pero los estribillos y la parte final están gritados en exceso.

 

Mala, un disco que apunta al público joven

Uno de los aspectos más relevantes de este Mala son las colaboraciones. La rapera ha tenido muy buen ojo eligiendo a las personas que la acompañan en casi la mitad de los temas.

Guaynaa, Lola Índigo y Cecilio G son colaboradores que apuntan a un público joven dando en la diana.

Pena” (junto a Cecilio G) es posiblemente el tema más adictivo de todo el disco. Lo tengo en bucle desde el día en que salió. Sorprende lo bien que se desenvuelve el trapero en un entorno más melódico (por mucho que ayude el Autotune).

No me parece tan interesante “Problema”. Al intentar devolverle el favor a Lola Índigo, acaba mimetizándose tanto con ella que esta canción acaba pareciendo un descarte de Akelarre, el debut de la exconcursante de OT. Es una canción disfrutable, pero “Mujer bruja” sonaba mucho más fresca.

Pero… ¿ha sido Mala la única artista que ha intentado que su carrera coja un nuevo impulso a través del público joven?

En absoluto.

Durante los últimos años, artistas como Fangoria o Mónica Naranjo han visto cómo sus carreras musicales cobraban fuerza debido al público joven que las ha conocido gracias a programas como Alaska y Mario, Tu cara me suena o también Operación Triunfo.

De hecho, el dúo liderado por Alaska ha dejado sus últimas producciones en manos de artistas como Guille Milkyway y ha colaborado con músicos jóvenes como Jedet y Ms. Nina.

 

En el caso de la rapera, desde el punto de vista del marketing es una estrategia del todo lógica si tenemos en cuenta que este disco (por el momento) solo ha sido lanzado en las plataformas digitales.

Todos sabemos que el público joven es el que más presente está en esas plataformas. Por lo tanto, Mala Rodríguez ha apuntado a este target, se ha rodeado de colaboradores afines a él y, sobre todo, ha acertado.

Mala Rodríguez canta (y, en menor medida, rapea) en buena compañía, pero sigue siendo dueña y señora del buen hacer.

“Dame bien” podría haber acabado siendo un tema de reguetón al uso, pero resulta un tema urbano que explota la sexualidad desde un lugar de privilegio: el que solamente te otorgan los años de experiencia.

Creo que a través de estas líneas ha quedado claro pero, por si acaso, lo digo: Mala no es un despropósito para nada, sino una acertadísima renovación por parte de la rapera.

La artista ha conseguido dar forma a un disco breve con multitud de estilos y matices, pero que al mismo tiempo rezuma personalidad. Solo ella podría haber logrado algo así y conseguir su objetivo, el de seguir siendo la figura más relevante de la música urbana española.

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